El interés por tener una vivienda en Cádiz es algo habitual en residente de otras capitales del país. Desde el País Vasco hasta Madrid pasando por Sevilla o Extremadura, muchas familias tienen aquí su segunda residencia, fundamentalmente para pasar el verano y centradas en apartamentos o pequeños pisos en el Paseo Marítimo.

Esta búsqueda de casas en Cádiz se ha incrementado en los últimos meses a la vez que se ha modificado el modelo de búsqueda. Ahora se reclaman viviendas de mayores dimensiones, de buena calidad constructiva y a ser posible con extras como zonas comunes, piscinas, garajes (un bien muy preciado en la ciudad), a la vez que se exige una buena ubicación. Y si es de nueva construcción, mejor.

Hasta ahora buena parte de esta demanda era atendida por promociones ejecutadas en su mayoría por promotoras gaditanas. Desde hace cinco o seis años, la iniciativa privada ha sustentado la reactivación del mercado inmobiliario en la ciudad, frente a la dejación de la Junta y la recuperación, lenta, de las inversiones por parte del Ayuntamiento.

Han sido todas operaciones de gran calidad, algunas mimando los diseños externos e internos, que se han vendido con rapidez, en un elevado porcentaje a compradores ajenos a la ciudad. Operaciones en clave gaditana que se ejecutaban, y ejecutan, tanto en el casco antiguo como en operaciones en Puerta Tierra. En el primero de los casos fundamentalmente con operaciones de rehabilitación y en el segundo casi monopolizados en solares de antiguos chalés, que poco a poco van desapareciendo de la ciudad al ser el único terreno útil donde construir.

Ahora se abre un nuevo capítulo en el desarrollo inmobiliario de Cádiz. La pandemia del coronavirus, los meses de obligado confinamiento, la obligación ética de estar en casa el mayor tiempo posible por seguridad sanitaria, ha provocado que muchas familias se planteen un cambio de vivienda e, incluso, de residencia.

Y en este proceso entra de lleno Cádiz, su oferta inmobiliaria de renta libre, la necesidad de contar con nuevas promociones y el interés por este mercado por parte de promotoras ajenas a la ciudad.

Un mercado que acaba de abrirse, y con fuerza, para las empresas que trabajan en Sevilla.

Hace apenas unas semanas se cerró el acuerdo de compra del chalé La Porteña en la calle Juan Ramón Jiménez, uno de los de mayores dimensiones de la ciudad. Por algo más de un millón de euros lo adquirió la hispalense Grupo GS, que proyecta pisos de alta calidad, con zonas ajardinadas y piscina comunitaria. Y muchos aparcamientos, con una inversión de unos 4 millones de euros.

Será para esta firma su primera obra en Cádiz, con la intención de seguir construyendo en la ciudad «porque hay mucho interés por encontrar casa en Cádiz».

Otro referente del sector en Sevilla es el Grupo ABU, que acaba de comprar al propio Ayuntamiento la parcela de la calle Cooperativa. En el terreno ha invertido 4,6 millones, ahora le queda construir un edificio de 8 plantas para 51 viviendas que ya promocionan como «exclusivas de diseño e interiores personalizados».

Junto a ellas otras firmas sevillanas trabajan ya en Cádiz: el Grupo Vodell tiene en marcha la promoción en Flamenco 6, con 16 pisos; Global Residencial afronta el proyecto del Edificio Genovés con 30 viviendas con una piscina en la cubierta, aparcamientos y trasteros; el Grupo Q, que ejecuta el nuevo hotel en Tiempo Libre, actúa también en Puntales, en la calle Explanada, con 15 pisos, mientras que Gaesa Cooperativas tiene en marcha actuaciones en Santa María 6, José Cubiles 40, Marqués de Cádiz 5 y San Vicente 6, con un total de 36 viviendas y apartamentos y con solárium en algunas de ellas.

La entrada en este grupo de nuevas constructoras que llegan por primera vez a Cádiz y que ya dejan claro que su intención es ir ampliando poco a poco sus promociones, deja a la vista la relevancia que tiene la capital de la provincia como referente inmobiliario.

 

Fuente: Diario de Cádiz